San Andrés Tuxtla, Ver.- La Cueva del Diablo es el sitio predilecto para quienes realizan trabajos de «curación» y «maldad»en el estado de Veracruz , como cada Primer viernes de Marzo, aquellas personas que se dedican al oscurantismo adoración del maligno, acuden a los centros de encuentro de brujos para realizar la Misa Negra, hacer sacrificios de animales e invocar a seres del inframundo.
La noche de este Jueves cientos de personas entre reporteros de diferentes medios de comunicación arribaron al municipio de San Andres Tuxtla, la referencia era la Laguna Encantada, camino que te llevaría al sitio denominado como La Cueva del Diablo. Para llegar, habría que caminar entre veredas casi intransitables a lo largo de un kilómetro y quienes no tuvieran buena condición física, el cansancio afectaría el trayecto.
Ya en el punto de encuentro, se observaban concentración de personas en varios sitos, las estrellas de cinco picos esperaban ser encendidas y un circulo de visitantes y brujos ya estaban en oración para comenzar los trabajos de limpias y encargos que con anterioridad habían llegado a sus manos.
Para quienes era su primera vez, el escuchar ser invocado el «diablo» sin duda le ponía los pelos de punta, pero eso era sólo el principio. Quienes iban a realizar un trabajo pasaban de tres en tres mientras las palabras del Brujo Mayor eran acompañados con gallinas alrededor del cuerpo de estas personas.
Más tarde eran sarificados, así mismo pasearon un chivo que pusieron en la espalda de una pareja que se preparaban para obtener poderes y poder realizar también el trabajo de curaciones. El destino de este animal fue el mismo, la sangre recorrió el cuerpo de los nuevos brujos e incluso afirmaron que la presencia de Lucifer fue representada en el cuerpo de una mujer que hacia ademanes extraños.
Culminando la misa, se pidió al «diablo»regresara a las tinieblas, con el poder otorgado a quienes participaron en el circulo de la misa, se decían limpios capaz de salir a realizar trabajos de curaciones y quienes fueron a «sanarse» coincidieron en haber encontrado la respuesta a sus males.