Ana Patricia Reyna/ Alor Noticias
En un cuarto de nueve por nueve metros cuadrados que tiene visibles filtraciones de agua y encharcamientos que dejó la tormenta eléctrica fue donde familiares y amigos le rezaron a Xóchitl Nayeli Irineo Gómez una de las víctimas del Caballo Blanco.
“Ya ahorita son los cuarenta días, ya es lo último que se recoge de ella y de aquí hasta el cabo de año… mira yo no había ido a la fiscalía tiene como 3 días que fui y salí llorando de ahí porque me volvió q recordar cuando yo reconocí a mi hija y vi su foto por última vez, mi hija es mi hija y jamás la voy a olvidar”, dijo America del Carmen Irineo, mamá de Xóchitl.
Ayer cumplió 40 días de haber fallecido en el ataque al bar, y en medio de la pobreza es como sus dos hijos y su mamá humildemente compartieron unos tamales y café con los vecinos que la acompañaron en el rezo, donde confían encuentre el descanso eterno.
“Vamos hacerle un rezo hicimos unos tamalitos para las personas que vengan, café, nada más ahora si que humildemente pero con cariño”, comentó.
La vida de esta familia cambió por completo, Xóchitl era el pilar de su madre, la apoyaba hacer vendimias en la colonia y mantenía a sus hijos, que hoy sobreviven con lo poco que su abuela puede llevar a la casa…
“Mi hija me ayudaba hacer ventas, antojitos, tamales, aquí mismo en la colonia la gente me ha ayudado, pero si habido momentos en los que me eh quedado sin dinero para tener que llevar a los niños a la escuela y darle para sus gastos, mis niños solo hacen una comida al día, eso es lo que duele”, señaló.
Los apoyos llegan a cuenta gotas, se espera que en los próximos días, empiecen a recibir una indemnización por parte del gobierno municipal y posteriormente de otras instancias que apoyan a víctimas… mientras tanto tienen que salir adelante con el dolor que siempre cargarán en el pecho, las madres e hijos que perdieron a su ser querido.