Ciudad de México; 13 de junio 2016.- Tenía 22 días de nacida, su padre la mató a golpes y su madre culpo a su otro hijo, de dos años, para proteger a su marido.
Alfredo Eduardo Ribera León, de 23 años de edad es violento, extremadamente violento, al grado que los peritajes señalan que los golpes que mataron a su hija de tres semanas de vida, se los propinó con el puño cerrado sobre su cráneo o con la punta de un zapato, lo que hace suponer que pudo patearle la cabeza.
Victoria Andrea Martínez Pérez de 22 años de edad, madre de la niña asesinada, después de que su marido golpeara a la bebita, no la llevó al médico pese a que después de la agresión la niña llorara hora y media y al quedarse dormida sangrara por su oído, lo cual se dio cuanta al levantarla y encontrarla sobre la sábana los coágulos y la sangre seca sobre el rostro de la niña.
La niña sufrió la agresión el 7 de junio y para el 9 dejó de comer, por lo que los familiares de la mujer solicitaron el apoyo de la policía al darse cuenta del estado físico de la menor de edad.
La policía acudió al domicilio en la Delegación Iztacalco, pero ya fue demasiado tarde, pues la niña de 22 días estaba muerta y la madre dijo a las autoridades que su hijo de dos años había cargado a la bebita y se le cayó, por eso se murió.
Sin embargo, la menor presentaba golpes en el lado izquierdo de la cara, por lo cual, los elementos de seguridad pública aseguraron a Victoria Andrea Martínez Pérez y la pusieron a disposición del agente del Ministerio Público de la Coordinación Territorial Iztacalco 3, adscrito a la Fiscalía Desconcentrada de Investigación en esa demarcación, quien inició la carpeta de investigación correspondiente.
El reporte médico indicó que el cadáver presentaba 13 lesiones visibles en diversas partes del cuerpo, en tanto que los médicos forenses concluyeron que la menor falleció por traumatismo craneoencefálico.
Los padres quedaron a disposición de la ley siendo él puesto a disposición de un juez Penal del Reclusorio Preventivo Sur, mientras que ella fue ingresada a Santa Martha Acatitla.
Fuente: El Piñero de la Cuenca


